No cambiemos el clima, Cambiemos el sistema.




Es un hecho, una realidad cada vez más palpable el caos ambiental que el ser humano ha desatado en estos últimos 50 años, en cada momento escuchamos que arrasamos con nuestros bosques, contaminamos nuestras aguas, aniquilamos nuestras especies, pero quizás allí este el error, el génesis de todo, creer que somos dueños de tan grandiosa obra, el no respetar los recursos de la tierra por creer que es nuestro derecho poseerlas, utilizarlas, desecharlas, y cubrir las tantas banalidades que nos hemos creado como seres “evolucionados”.


                El cambio climático se muestra en todo su esplendor pero al fin se escucha un grito de conciencia de los pueblos a los gobernantes de naciones altamente industrializadas como contaminante “no cambiemos el clima, cambiemos el sistema” un sistema que viola día a día a la madre tierra, un sistema que excluye si no se es parte de “lo común”, un sistema que irrumpe con todos los derechos de sus trabajadores, un sistema creado por un hombre que pensó que los recursos serian infinitos para satisfacer las necesidades de un grupo selecto de individuos que no representan ni el 10% de la población mundial. Ese sistema, el capitalismo, hay que erradicarlo, no por pretensiones de generar algo distinto, si no con el deber de conservar la existencia en este planeta, el único planeta que tenemos para sobrevivir.
                

Tal vez sea mucho mas fácil culpar a otros por este sistema, Venezuela por su parte aunque no es un contaminante industrial como China o EEUU, prácticamente les otorgamos las herramientas para que ellos lo sean, el petróleo. Por ahora necesitamos crear nuevas fuentes de economía diferentes al oro negro, basadas en la sustentabilidad y sostenibilidad, propulsar al mercado interno, a la agricultura y pesca artesanal y responsable con el medio ambiente, a generar fuentes de energía eólica, hidroeléctrica, solar. Solo así estaríamos logrando la soberanía e independencia que la patria se merece y en el trayecto contribuir a que esa utopía de la revolución verde sea cada vez más real y que en este momento está tratando de dar sus primeros pasos con hechos palpables levantando la voz en cada espacio para priorizar la responsabilidad y respeto para nuestra pacha mama.

Comentarios